Un tribunal de Teherán ha sentenciado a un hombre a recibir 20 gotas de ácido en los ojos tras haber sido encontrado culpable de cegar a una joven con líquido corrosivo por haberse negado a casarse con él. El tribunal decidió aplicar la ghesas o ley del talión (ojo por ojo, diente por diente) contemplada en el código penal iraní.
Los hechos ocurrieron el 3 de noviembre de 2004, cuando el acusado, que conocía a la víctima de la universidad y a la que había propuesto matrimonio, la asaltó y le arrojó ácido en la cara.
Tras el incidente, la joven, identificada como Amina, fue tratada durante dos años en España. Sin embargo, acabó perdiendo la visión en los dos ojos. Amina había denunciado a la Policía dos días antes de los sucesos que sufría el acoso del acusado. Durante el proceso, aseguró que "sólo pido que el culpable corra la misma suerte que yo".
El culpable, cuyo nombre no cita el rotativo, reconoció haber cometido el crimen por amor y aseguró, "cuando le pedí la mano me dijo que iba a casarse con otra persona y yo pensé arrojarle el ácido en la cara para que su novio la dejara". Cuando el juez preguntó a Amina si quería que la aplicación de la ley del talión se llevara a cabo repitiendo las circunstancias del crimen, es decir, vertiendo al acusado líquido corrosivo en la cara, la víctima aseguró que la condena le parecía "salvaje" y solicitó que se le vertieran 20 gotas de ácido al joven "para que entienda cómo estoy sufriendo".
Tras el incidente, la joven, identificada como Amina, fue tratada durante dos años en España. Sin embargo, acabó perdiendo la visión en los dos ojos. Amina había denunciado a la Policía dos días antes de los sucesos que sufría el acoso del acusado. Durante el proceso, aseguró que "sólo pido que el culpable corra la misma suerte que yo".
El culpable, cuyo nombre no cita el rotativo, reconoció haber cometido el crimen por amor y aseguró, "cuando le pedí la mano me dijo que iba a casarse con otra persona y yo pensé arrojarle el ácido en la cara para que su novio la dejara". Cuando el juez preguntó a Amina si quería que la aplicación de la ley del talión se llevara a cabo repitiendo las circunstancias del crimen, es decir, vertiendo al acusado líquido corrosivo en la cara, la víctima aseguró que la condena le parecía "salvaje" y solicitó que se le vertieran 20 gotas de ácido al joven "para que entienda cómo estoy sufriendo".
FUENTE: 20 MIMUTOS
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