Cuando Philip Seaton acudió al hospital en Louisville, Kentucky (EE UU), para que le hicieran una circuncisión común, no podía imaginar lo que le aguardaría al despertar de la anestesia.
Nada más abrir los ojos, Seaton descubrió con terror que su pene había sido amputado. Por ello, acaba de presentar una demanda contra el médico y el anestesista que participaron en la intervención, alegando angustia mental y dolor. También ha perdido la capacidad para disfrutar de la vida, según ha afirmado su abogado.
Los médicos decidieron amputar el miembro tras encontrar un tumor maligno. Sin embargo, George asegura que su cliente en ningún momento les autorizó a ello.
"A veces se dan situaciones de emergencia y hay que actuar así, pero en este caso podrían haberle despertado, haberle hablado de sus opciones y que él decidiera", explicó el abogado.
"A veces se dan situaciones de emergencia y hay que actuar así, pero en este caso podrían haberle despertado, haberle hablado de sus opciones y que él decidiera", explicó el abogado.
FUENTE: 20 MINUTOS
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