El médico se confundió, porque los dos enfermos se llaman igual.
Luis Alonso, de 78 años y vecino de Amurrio, pasó una de las experiencias más extrañas y desagradables de su vida. No sólo tuvo que superar el trauma de pasar la noche en el hospital, sino que además tuvo que soportar la ‘juerga' que se marcaron su compañero de habitación y sus amigos.
Ocurrió en el Hospital de Galdakao, Bilbao. Luis, aquejado de bronquitis crónica, fibrosis pulmonar y angina de pecho, acudió al centro después de que se lo indicara su médico de cabecera, al sufrir falta de oxígeno, pequeños mareos e incluso desvanecimientos. Fue ingresado en la planta de Neumología, junto a un joven de unos 30 años que también se llamaba Luis.
Los problemas empezaron cuando llegó la noche. Los familiares de su compañero de habitación se marcharon y al rato aparecieron cinco amigos, "con muy mala pinta, llenos de tatuajes con calaveras", explicó Luis. Después de charlar un rato con su amigo, los jóvenes decidieron amenizar la noche del hospitalizado y fueron a buscar unos refrescos y una botella "que me pareció de alcohol".
Bebieron y fumaron en la habitación del hospital "sin que nadie les dijera nada", montando un gran escándalo. "También se metieron con una enfermera y no dejaban de decir palabras soeces".
Según cuenta el propio Luis, que se encontraba "muerto de miedo", un celador y uno de los vigilantes del parking acudieron a la habitación a recriminar la actitud de los jóvenes, pero éstos "les mandaron a tomar por culo'".
Un par de horas más tarde, el grupo se marchó, con el enfermo y todo, que salió del centro sin el alta médica. Aún asustado por la situación, Luis no pudo conciliar el sueño hasta las 4.00 horas.
Sin embargo, no acababa ahí su pesadilla. A la mañana siguiente, un médico se presentó en su habitación, le preguntó su nombre y le obligó a salir del cuarto y abandonar el hospital, sin firmar el alta y "con muy malos modos, incluso agarrándome del brazo". Así que se fue de allí sin que remitieran los síntomas que orginaron su ingreso.
Luis cree que esto se debió a que el joven se llamaba igual que él y lo confundieron, aunque no entiende que el médico ni siquiera le preguntase sus apellidos ni por el número de cama que ocupaba. "Cuando le dije que aún estaba mareado me respondió gritando que ya se imaginaba por qué estába mareado".
La familia de Luis Alonso ya ha presentado una reclamación formal en el propio Hospital de Galdakao, ya que no entienden que nadie evitara el ‘botellón' y luego no le dieran explicaciones sobre la forma de despachar al paciente. "¿Acaso el perspicaz funcionario confundió a un enfermo de 78 años con un joven botellonero? ¿o simplemente querían quitarse de encima a un testigo de los desmadres que se permiten en el hospital?", se pregunta.
FUENTE: 20 MINUTOS
Ocurrió en el Hospital de Galdakao, Bilbao. Luis, aquejado de bronquitis crónica, fibrosis pulmonar y angina de pecho, acudió al centro después de que se lo indicara su médico de cabecera, al sufrir falta de oxígeno, pequeños mareos e incluso desvanecimientos. Fue ingresado en la planta de Neumología, junto a un joven de unos 30 años que también se llamaba Luis.
Los problemas empezaron cuando llegó la noche. Los familiares de su compañero de habitación se marcharon y al rato aparecieron cinco amigos, "con muy mala pinta, llenos de tatuajes con calaveras", explicó Luis. Después de charlar un rato con su amigo, los jóvenes decidieron amenizar la noche del hospitalizado y fueron a buscar unos refrescos y una botella "que me pareció de alcohol".
Bebieron y fumaron en la habitación del hospital "sin que nadie les dijera nada", montando un gran escándalo. "También se metieron con una enfermera y no dejaban de decir palabras soeces".
Según cuenta el propio Luis, que se encontraba "muerto de miedo", un celador y uno de los vigilantes del parking acudieron a la habitación a recriminar la actitud de los jóvenes, pero éstos "les mandaron a tomar por culo'".
Un par de horas más tarde, el grupo se marchó, con el enfermo y todo, que salió del centro sin el alta médica. Aún asustado por la situación, Luis no pudo conciliar el sueño hasta las 4.00 horas.
Sin embargo, no acababa ahí su pesadilla. A la mañana siguiente, un médico se presentó en su habitación, le preguntó su nombre y le obligó a salir del cuarto y abandonar el hospital, sin firmar el alta y "con muy malos modos, incluso agarrándome del brazo". Así que se fue de allí sin que remitieran los síntomas que orginaron su ingreso.
Luis cree que esto se debió a que el joven se llamaba igual que él y lo confundieron, aunque no entiende que el médico ni siquiera le preguntase sus apellidos ni por el número de cama que ocupaba. "Cuando le dije que aún estaba mareado me respondió gritando que ya se imaginaba por qué estába mareado".
La familia de Luis Alonso ya ha presentado una reclamación formal en el propio Hospital de Galdakao, ya que no entienden que nadie evitara el ‘botellón' y luego no le dieran explicaciones sobre la forma de despachar al paciente. "¿Acaso el perspicaz funcionario confundió a un enfermo de 78 años con un joven botellonero? ¿o simplemente querían quitarse de encima a un testigo de los desmadres que se permiten en el hospital?", se pregunta.
FUENTE: 20 MINUTOS
jajaja, estos heavies.... son la hostia!!!!esos "jóvenes botelloneros" son unas almas descarriadas, con calaveras y todo, donde va a llegar el mundo.En serio, tremendo fallo de la dirección del hospital, primero permitiendo visitas a esas horas y después echando al pobre abuelete, sin permitirle siquiera explicarse.
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