Un conductor del Metro de Madrid de 45 años de edad ha sido sancionado con un mes de empleo y sueldo por practicar sexo oral con un travesti en la cabina del convoy que conducía entre las estaciones de Sol y Moncloa de la Línea 3 del suburbano.
Al parecer, fue el propio travesti el quien denunció el caso, ya que el conductor del convoy se había negado a pagarle, según su versión. Finalmente, intervinieron los agentes y el travesti denunció lo ocurrido en la estación de Moncloa y en las instalaciones centrales de la compañía.
De acuerdo con las indagaciones de la compañía, el maquinista y el travesti llegaron a un acuerdo para practicar sexo en la cabina. En la estación de Sol el travesti entró en el habitáculo.
Minutos después el tren llegó a su recta final en la estación de Moncloa. Allí el travesti reclamó al conductor el dinero acordado. Sin embargo, el maquinista se negó a pagarle, lo que provocó la indignación del travesti, que comenzó a gritarle y a empujarle, llegándole a arrancar su placa identificativa, de acuerdo con las primeras pesquisas realizadas.
El travesti, muy enojado, y el conductor, también muy acalorado, se pelearon en el andén y la violencia llegó a tal extremo que el conductor llamó al puesto de mando para que enviaran al lugar a guardias jurados. Durante la trifulca el tren estuvo parado unos minutos en Moncloa, mientras los pasajeros no entendían lo que estaba sucediendo.
Aquel día pensó en presentar una denuncia en la Policía, aunque, finalmente, decidió delatar los hechos en las oficinas centrales del Metro en Canillejas. Según sus palabras, no estaba dispuesto a que el conductor se riese de él.
La dirección de la empresa tuvo conocimiento de los hechos al día siguiente. Se abrió en un primer lugar un expediente para recabar datos y se entrevistó al conductor implicado, que llegó a reconocer parte de los incidentes.
En un primer momento se decidió despedir al conductor por falta muy grave, ya que está 'rigurosamente prohibido' que entre en la cabina de mando persona alguna ajena al servicio. El trabajador de Metro también incumplió otra norma básica, ya que en el momento en el que entra una persona ajena a la compañía en el convoy debe llamar al Puesto Central de Control, que está situado en Vallecas.
Posteriormente, en el juicio de conciliación, la empresa llegó a un acuerdo con el empleado y aceptó su readmisión después de que éste aceptara una sanción de empleo y sueldo durante 30 días por 'falta muy grave' y apercibimiento de despido. En caso de que el empleado tenga otra falta grave podrá ser despedido definitivamente de la compañía.
Las mismas fuentes del Metro indicaron que la compañía no puede sancionar a este trabajador por lo que hiciera dentro de la cabina, ya que no se tiene constancia de lo que ocurrió en su interior, pero sí por introducir a una persona extraña en el puesto de conducción. Este tipo de trenes no lleva cámaras para grabar lo que ocurre dentro del vagón.
FUENTE: EL MUNDO.ES
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